Una respiración nerviosa y acompasada
inquieta por la rendija de la puerta
es como un acoso a rayas de un animal feroz
una incipiente música de cámara afinando maderas.
Pareciera interesada en reptar por la habitación a
oscuras
abandonar sus códigos indescifrables en el granito
incrustarse con su voz agónica en mi garganta.
El pánico no ha llegado hasta las palabras
porque son un torrente veloz saliendo de la
alcantarillas
y hablan en nombre de un ser que ha venido distante
trayendo el redoble de la verdad perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario