martes, 2 de septiembre de 2014
La Biblioteca de los libros vivos
Has entrado a la biblioteca del Ciclope donde guarda cada libro de monstruos, vampiros, locuras, asesinos, y demás seres que hallas conocidos en los genios de la literatura del terror, misterio y suspensos, ¿pensate que has leído todo? jajaja acompáñenme…
You've come to the library of Cyclops,
where you keep every book of monsters, vampires, follies, murderers, and other beings find yourself known in the literary geniuses of terror, mystery and suspense,? pensate that you have read it? join me ... lol
Detrás de esta puerta secreta, se encuentra unas escaleras, y debajo esta la biblioteca de los libros vivos, nadie se atrevió a bajar es un lugar lleno de temor solo yo puedo bajar, ahí hay libros que se han olvidados por el transcurso de los años, solo se los menciona por simple comentarios, pero nunca mas sean vuelto a leer, eso genero que sus personajes cobren vida y conversan entre si allá abajo.
Escuchas eso son gruñidos hoy serán los primeros en acompañarme, tomen una antorcha, bajemos, esta oscuro y húmedo jajaja miren ahí esta saliendo un libro que esta a punto de leerles…
Behind the secret door is a staircase, and below this the library of living books, no one dared to go down is a fearful place I can only go down, there are books that have been forgotten over the course of the years , mentions only the simple quote, but never more have been reading, that genre that his characters come to life and talk to each other down there.
Hear that are grunts today will be the first to join me, take a torch, go down this dark and damp this out there lol look at a book that is about to read
Hector Hugh Munro , conocido por el seudónimo literario Saki (18 de diciembre de 1870 - 14 de noviembre de 1916), fue cuentista, novelista y dramaturgo británico. Sus agudos y, en ocasiones, macabros cuentos recrearon irónicamente la sociedad y la cultura victorianas en que vivió.
El nombre Saki se ha relacionado a menudo con el del copero que aparece en el Rubáiyát de Omar Khayyam. Pero puede también referirse a un primate sudamericano de larga cola con el mismo nombre, personaje central de su relato "The Remoulding of Groby Lington", el cual, como el mismo escritor, oculta un trasfondo equívoco bajo una apariencia decente. Este relato es el único de Saki que se abre con una cita: «Se conoce a un hombre por las compañías que frecuenta», y juega con la idea de que el hombre llega a parecerse a sus propias mascotas.
Hector Hugh Munro, known by the pen name Saki (December 18, 1870 - November 14, 1916), was short-story writer, novelist and dramatist British. His sharp and sometimes macabre stories ironically recreated Victorian society and culture in which he lived.
The name Saki is often associated with the butler on the Rubáiyát of Omar Khayyam. But it can also refer to a South American primate long queue with the same name, the central character in his story "The remoulding of Groby Lington" which, as the same writer, an ambiguous undercurrent hidden under a decent appearance. This story is the only Saki opens with a quote: "It meets a man by the company he keeps," and plays with the idea that man comes to resemble their own pets.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Mandrágora Clock
DICEN QUE EL CORAZON NO MIENTE
La mujer morena llega desde el otro extremo de la calle, ve que sus zapatos son
amplios y cómodos ,le gustan ,ya que sentirlos libres en sus pies le dan
también libertad en su caminar,es un día cálido de esos que la gente llama
“hermosas noches” ,y se animan a pasear, comer helados o salir a vivir la vida,
pero curiosamente hoy solo hay vacío de esos callejones en los barrios del
suburbio, se llama Perla, carga bolsas, es personal de limpieza en los amplios
edificio Marlene y Cia.
Siempre toma el turno de la noche ,porque pagan mas hasta las dos ,ya que
nadie se anima por temor a los vagabundos, asaltantes o extraños que salen
también a “hacer la vida”,otros temen además a las leyendas urbanas que
pululan entre cada rincón de esta ciudad convertida en un portal al infierno
,pero un infierno desmitificado ,que solo construye sus símbolos para los que
lo van condicionando y a los que todavía nadie aprendió a escribir su genesis.
Pero Perla si reconoce cada punto neurálgico de ese mapa ,los sitios mas
esquivos, los mas dolorosos, los mas festivos y los mas olvidados .
Tiene 79años y podría jubilarse vive sola , pero mantenerse activa le ayuda en
su economía ajustada ,es descendiente de los únicas familias que llegaron del
caribe en un buque de contrabandistas,y su familia se asentó en el Río de la
Plata ,luego de varias generaciones ,ya se siente mas porteña que el mismo
puerto ,y le podría contar a todos historias increíbles con finales inesperados
desde los primeros tiempos ,porque siente correr por su sangre la esencia de el
conocimiento desde todos los siglos, legado secreto que la vuelve inmune ,la
protege ..
Faltan apenas 5 cuadras donde el subterráneo la deja ,ultima parada
,mientras lee el diario que compro en la estación ,hecha miradas a los
alrededores, unos jóvenes con los ojos enrojecidos, un viejo con gorra sobre los
ojos silbando una melodía desconocida y una mujer entrada en carnes con
traje de enfermera que golpea el piso ansiosamente son sus compañeros de
ruta ,inclaudicables ,que en estos últimos años han subido y han bajado en la
misma estación pero que luego han tomado distinto camino, y ella casi podría
decir que los despide silenciosamente mientras sube las escaleras.
Llega hacia la ultima de las calles frente a la vía del tren, y llega a su casa, en
el piso 7 de un viejo hotel, de paredes gastadas y grises, a los que nadie ya pone
plata para realizar arreglos o modificar cosas, pero que se mantiene en pie,
entra y nota en la oscuridad un destello amarillento que enceguece, enciende
la luz pero la perilla no funciona, queda con la puerta abierta ¡una luz de
afuera se filtra e ilumina todo
Va lentamente hasta toparse con el armario donde encuentra la linterna
,comienza a buscar la caja de tapones, pero tropieza con algo pesado ,que es lo
que tanto enceguece con sus destellos es , anaxyima –aquella que Enggiene la
vieja diablo –amiga de su abuela le regalara –le dijo -de esta piedra, mí niña,
será tu protección .tu guarda ,vendrá por las noches a pedir su don ,tu darás
en pago granos de arroz,y con cinta verde ,y luego sacaras el polvo de miambla
,flor de espíritu de el fuego y colgaras bajo el corpiño que en tu cuerpo
pondrás la mano del padre gyambal y el poder siempre vendrá,y le darás
pedido u oración ,pero siempre deberá estar si algo sucediera, caerán
desgracias como lagrimas negra de lodo de cementerio ,y ya no serás de nadie
,aunque muchos hombres te tomen ,tu serás de Gyambal ya que has quedado
en cadena con tu alma ,y no olvides nunca mires a sus ojos solo agacha tu
cabeza ,porque pueden enfrentarte a el peligro ,y no podrás defenderte! poder
se perderá ..recuerda poder vuela como pluma, pero cae como golpe de
tambor UAE UAE piedra necesita descansar y ahí pedirás a el gran señor que
te regrese tu anaxyima par que piedra siga dándote …poder y tomaras polvo
que cae y unirás a miambla …pero nunca alumbres porque tus ojos vaciara o
enviara a los que viven bajo tierra, pero nunca descansan…….. ¡siempre
resonaban estas palabras en su mente ,cuando sacaba para realizar ofrendas o
sentir su energía, que le devolvía el aliento ….ahora con la piedra en la mano
,va lentamente hasta llegar hacia el armario y cuando extrae la linterna la luz
aparece ,entonces Perla reconoce sus rincones, va a su escondite mágico bajo
las tablas del piso ,(un cofrecito negro con una llave dorado que se comenta su
familia heredo de un viejo herrero que había firmado un pacto con un diablo
protector el gyambal y el que concedió ese objeto como parte de el mismo
,luego comenzó a ordenar las cosas y puso la radio para con su programa
favorito ,una sombra la seguía hacia la cocina mientras ella llegaba a prepara
la cena ,sombra de hogar, sombra de regreso ,mientras batía los huevos, una
canción que hablaba de recordar nuestros pecados , le hizo correr un frío por
la espalda, deja todo y se toca el pecho ,la bolsa estaba demasiada liviana ,
saca y comprueba que el polvillo mágico se ha vuelto ceniza ,amarillento y
escaso ,perdió su tono rojizo ,asustada pensó que era señal de mal agüero
,pero porque ¿ debía consultar a la voz de sus antepasados porque no era la
fecha precisa ,pero como hacerlo ,sabiendo que no es la fecha precisa
,faltaban unas horas (perla cada vez que tenia un recuerdo este era gravado
sobre sus arrugas ,porque cada vez que su mano iba hacia su icono ,la pequeña
figura de Ébano que ocultaba en su pequeño altar en la cabecera de la cama
,cubierto con trapo negro ya que como dijo Enggiene ,”cuidado niña “el no
debe ver luz totalmente blanca ,el es padre de la oscuridad ,si no queda ciego y
su ira maldecirá a todos ,eso hizo temblar a Perla como cuando tenia 10 años
pensando en todo lo que ocurriría si pasa eso ,se condenaría y todo los males
llegarían a tomarla y arrástrala a un sitio de dolor y sufrimiento apenas una
luz tenue rojiza ,y solo podrás recurrir ante el cuando llegue el final ,debe ser
ante la luna negra , que este mes caía en día 29 porque elingyia llegara y eso es
muy malo ,dijo mientras fumaba la pipa y un humo espeso y azufrado le
envolvía ,
fue hasta el cuarto y miro la foto de su familia en el patio junto a enormes
parras y delante de ventanales , sus rostros intrigantes y serios ,en aquel
verano de 1937 ,y esa sombra con una figura extraña casi burlona detrás de el
vidrio de la ventana casi desdibujada pero con ojos penetrantes ,así seria el
gran señor gyambal ,pensaba ella ,todos parecían susurrarle aun con sus
labios cerrados ,!!!!!!!!no es tiempo ,no es tiempo!!!!!!!!!!!!!!!
Atemorizada ,comenzó a caminar de un extremo al otro y miro el reloj
faltaban un rato ,pero sentía que la sombra le marcaba el camino hacia el
santuario…..volvió a tocar su bolsa y fue hasta el cofrecito ,pero al tratar de
abrirlo la llave se rompe ,desesperada trata de abrirla con un cuchillo, pero
sigue completamente trabada ,entonces ve que la luz se apaga ,y una luz
colorada viene desde la calle ,entonces siente una fuerza que entra por la
ventana ,la sombra va hacia el santuario y descorre la tela ,allí aparece el
ídolo de madera mediano de brazos largos y piernas cortas ,un tocado mas
grande que los brazos tallado , sus ojos blancos con círculos negros en los
alrededores tenia un rostro como un hombre completamente bestial y
deforme que llevaba hacia la conjunción misma del pánico y la locura y ella
paralizada trataba de cerrar los ojos ,pero unos dedos la obligaban a abrirlos
,comenzó a decir la eterna plegaria yambala i uya yambalai uya ,déjame ir por
los míos ,déjame salir de este río de miserias y llegar hasta los pliegues de
xamai …..pero en su mente comienza a confundir las ideas se halla agotada
pero su cuerpo se mantiene erguido ,entonces el tiempo que sigue avanzando
da las campanadas de la una ,y todo comienza a calmar, como si nunca
hubiera sucedido ,entonces comprendió era el momento de transición ,ese
cuando estaba llegando la luna negra y todo se volvía origen de la confusión
de la incisión al pecado ,,entonces siente un alivio ,sabe desde el fondo de su
corazón no miente ,entonces era el momento ,la sombra ya no estaba ,sus
manos firmes ,llegaron hasta el cofre ,pero este seguía trabado ,entonces tomo
la bolsa constando que también seguía seca y amarillenta, miro la foto de sus
padres ,su rostro seguía impasible ,entonces fue hasta la escultura ,saco la
tela lentamente entonando los cánticos y las palabras mágicas, siempre con la
cabeza gacha ,
Entonces el olor azufrado y hediondo salio de esa boca, y se escucho un dime
que buscas, dime que quieres-
Tomando los granos de arroz aquí te dejo mi pago –absorbiéndolos por su
enorme boca
Este bien –solo dime antes que tu plazo se cumpla –que deseas
Necesito recobrar amaxima ,algo me ha detenido ,necesito poder
La voz retumba y donde esta miambla ,MIAMBLA
Ella coloca la bolsita sobre los pies y se arrodilla ,
Entonces ,el reloj vuelve a dar las campanadas , y ve que todavía es la
madrugada trata de apurar el ritual ,y tiene poco tiempo
Aquí tienes señor
Entonces su voz ponzoñosa se oyó polvo gastado no alcanza
Pero me dará contento, dime que quieres vieja perla
Quiero recuperar protección, pero mas fuerte que con amaxyina ,ya no me
alcanza ,dijo mintiendo.
Y que deseas vieja perla, quiero la protección de ellos -y mira la foto de sus
padres
Bueno dijo la voy aquí los tendrás!
Un aire enrarecido con una niebla negra ,comenzó a colarse por ventanas y
puertas ,comenzaron a sentirse voces ,aullidos,y pies arrastrándose por los
pasillos ,la puerta comienza a abrirse ,y allí aparecen hombres con las ropas
rotas ,las cuencas de los ojos vacías ,llenos de polvo ,y la piel color verdosa
grisácea ,sin pelo , sus rostros sin expresión ,denota horrorizada que ellos, son
los que nunca descansan pero habitan bajo tierra ,entonces los ojos de perla
comienzan a derramar un liquido negro y pegajoso
Una risotada siniestra….una música de tambores y ellos con sus uñas filosas,
le arrancan los ojos y comienzan a hundirle en su carne ella grita y se retuerce.
Tirándose sobre su cuerpo mientras los tambores no paran de sonar --------
en un instante cesa todo de Perla solo queda convertida en tierra que los
zombies arrastran bajo sus pies….las campanada dan el tiempo justo, ha
llegado la mañana.
En un rato se escuchan movimientos intensos, la puerta rota, dos jóvenes, que
entran de gorros y con una bolsa comienzan a andar por toda la casa
-Ey Luis fíjate las porquerías que tienen acá, dice mientras mete algunas de
las pertenencias de perla en la bolsa, mientras en el otro cuarto el otro joven
grita mira
Vení, cuando Luis va le muestra contento
Esto si que vale la pena, y toma el cofre y también la estatuita,
Listo nos vamos, cuanto nos darán por esto ¿Salen calzándose las gorras hasta
los ojos, cerrando la puerta…de la bolsa
curiosamente va cayendo una tierra negra, como…….de cementerio atrás
queda, un ruido de tambores y el eco de una risa que ya no da marcha atrás...
Javier Haro Herraiz
LA FUENTE DEL VAMPIRO
Corre el año 1875, en un
pequeño pueblecito situado a unos doce kilómetros al Sur de
Londres, Inglaterra.
De una vieja posada llamada
“La Joya de la Corona” sale un hombre joven de nombre Brown, no
tendrá ni treinta años.
Es alto, de aspecto fuerte.
Ojos azules y cabello rubio y liso pulcramente peinado hacia atrás.
Viste un traje de color gris
perla y se cubre la cabeza con una chistera del mismo color.
En su mano derecha lleva un
bastón con empuñadura de marfil.
Le acompaña un caballero
bastante mayor que él, llamado McDowells. Algo más alto que él,
casi un gigante de cerca de dos metros de estatura y extremadamente
delgado y pálido, lo que le confiere un aspecto un tanto siniestro.
Sus cabellos son grises y de
mirada triste y sin brillo sus ojos negros y hundidos.
Lleva puesto un traje
totalmente negro y una enorme capa, también negra, cubre sus
delgadas espaldas.
No han andado unos cincuenta
pasos, cuando McDowells se detiene para decir con voz profunda y
cavernosa.
―Pues sí, mi joven amigo.
A medio camino entre este pueblo y Peacetown se encuentra la “Fuente
del Vampiro”.
―¡Vaya! –Exclama Brown,
clavando en su compañero una divertida mirada―. Curioso nombre
para una fuente.
―Está claro –replica
McDowells con el semblante mortalmente serio―, que no conoce la
historia de dicha fuente. ¿Me equivoco?
―No –responde el más
joven de los dos para pedir seguidamente―: Haga el favor, amigo
McDowells, de contarme esa historia.
El otro se detiene
nuevamente, ya que habían iniciado otra vez su paseo, para recordar
unos hechos acaecidos hace años y comienza a hablar.
―Bien. Hace casi un siglo,
un hombre muy poderoso, cuyo nombre no logro recordar, durante un
paseo por la carretera que une este lugar y Peacetown, encontró un
manantial de agua potable, fresca y clara.
Cuando regresó aquella noche
a su lujosa mansión ya lo había decidido.
Construiría una preciosa
fuente en torno al manantial recién encontrado.
Por desgracia, y como suele
suceder con este tipo de gente, el caballero protagonista de nuestra
historia, no sólo era muy poderoso, además era sumamente cruel para
con sus semejantes, por lo que nadie en el pueblo ni en los
alrededores aceptó trabajar para él.
Pero nuestro hombre no era
fácil de amedrentar.
Ansiaba tener su fuente y,
costase lo que costase, tendría su fuente, aunque para ello tuviera
que vender su alma al mismísimo Lucifer.
Y eso es precisamente lo que
hizo.
Al oír esto, el más joven
de los dos, nota como un leve escalofrío recorre su espina dorsal.
―El hombre ofreció su alma
al Diablo a cambio de que éste le construyese la ansiada fuente.
Dos noches tardó el Maligno
en completar el trabajo y en presentarse en la mansión de su
contratador a cobrarse su deuda.
―Lo siento, Lucifer –le
respondió el hombre mientras se cubría con un bello crucifijo de
plata―. En este momento no puedo entregarte mi alma, otra vez será.
Al escuchar esto, el Maligno
montó en cólera y lo maldijo.
―¿Cómo? –Pregunta Brown
que, muy a su pesar, comienza a interesarse por el relato.
―Según cuenta, lo hizo
desaparecer y lo introdujo en la fuente que tanto ansiaba,
transformándolo en vampiro.
―¡Vaya! –Ante esta
revelación, Brown enarca una ceja con expresión divertida―. Se
podría decir que se complicó la vida.
―Sí –responde McDowells
secamente―. Pasado el tiempo, una vez los lugareños se enteraron
de todo el asunto del pacto diabólico, tomaron la decisión de no
beber agua de la fuente.
―¡Qué tontería! –Replica
Brown visiblemente divertido por la historia que acaba de escuchar.
―Puede usted pensar lo que
quiera, mi joven amigo –continúa hablando McDowells haciendo caso
omiso del jocoso comentario de su compañero―. Pero lo cierto es
que hace unos sesenta años llegó a este pueblo otro hombre, tan
incrédulo y escéptico como usted y que, como es natural, no hizo
caso de las advertencias de la gente del lugar y se acercó a beber a
la fuente –hace una pausa y queda mirando a su interlocutor,
esperando quizás la reacción de éste.
―Continúe, por favor –pide
Brown, quien ha vuelto a interesarse por el relato.
―Cuando este viajero se
acercó a la fuente y empezó a beber, se dio cuenta de que el agua
que manaba del manantial se había convertido en sangre, sin embargo
y presa ya de la maldición, siguió bebiendo hasta saciar su sed,
sin saber que lo que había bebido no era otra cosa que su propia
sangre.
Aquella misma noche lo
encontraron muerto en la posada donde se hospedaba, sin gota de
sangre en las venas.
Tres noches más tarde, y
según la tradición, volvía a la vida convertido en un vampiro
sediento de sangre.
En su andadura, ambos hombres
han llegado a una zona del pueblo poco iluminada y menos transitada y
Brown aprovecha para detenerse y decirle a su compañero…
―Realmente es un relato
interesante. ¿Pero cree de verdad que hay algo de cierto en él?
McDowells, como toda
respuesta se abalanza sobre su compañero más joven, sus ojos rojos
como la sangre y la boca abierta, mostrando sus afilados colmillos al
tiempo que sisea…
―Claro que me lo creo, mi
joven amigo. Porque yo era aquel hombre.
FIN
Liliana Varela
Sentirse solo
No quería oír más voces. Estaba harto de escuchar palabras penetrando sus
oídos contra su voluntad. Cansado de ser una hormiga más en un
superpoblado hormiguero que crecía en forma exponencial.
Cada rincón estaba ocupado por seres, por voces que disparadas al espacio
lo asfixiaban y ensordecían. ¿Hasta cuándo resistiría no tener un entorno
propio, libre de otros, lleno de él?
Se alejó de ellos cuánto pudo pero era imposible encontrar lugar alguno que
no estuviese contaminado por presencias, por gestos, por otros.
¡El silencio! si tan sólo pudiese disfrutarlo un instante.
¿Cuánto silencio haría falta para sentirse solo?
Debía intentarlo, debía alejarse aunque le costase la vida misma.
Un paso más, sólo uno y luego el silencio por siempre. ¡Al fin!
El pólipo de coral murió al crecer alejado de la colonia Coralina.
Ana Lucia Montoya Rendon
CARCASA
en
sus manos
adheridas
a las palmas azules
poemas
de piel, vientre y soledad
de
su boca entreabierta escapan murmullos
palabras
momificadas
memoria
de días cuando decía "querido" al amor
hoy,
por las rendijas de su cuerpo solo gotas de veneno manan
abrieron
sus ojos
congelada
en tonos de ilusión sonreía una mirada
una
cicatriz en el pecho indica un cuarto frío
de
allí corazón y sueños se largaron en busca de otros pechos
encima
de la mesa de acero carcasa de hembra guapa...
recuerda
mil fondas
humo
de cigarro
tragos
dobles de aguardiente
boleros
tangos
...ojos
negros
en
el ambiente ronda un halo triste
suspira
el forense mientras toma otro café
dice:
el
siguiente!
Gregorio Garcia Sanchez
EL
MAULLIDO DEL GATO
Se
que vos no creéis en espantos y apariciones;
sin
embargo hará bien a mi espíritu el contaros esta narración.
En
verdad no se si a la luz de estas velas, sea mi puño quien tiemble,
o
sean los destellos de las ceras quienes nublan mi letra.
Aún
así; os contaré ésta historia. Para que cuando por las noches,
sobre
todo en aquellas en las de luna nueva; llamadas así por los
eminentes astrónomos; vos oís el maullido de algún gato,
que
por obra de alguien ajeno a este mundo
parece
también al llanto de los infantes; vos no lo creáis de vera,
y
que Dios os guarde bajo su santa mano,
para
que no os pase lo que a mi ocurrió...
Soy
Don Francisco de Torrijos y Fuentes, y desciendo de ilustre familia
de la gran Castilla, en la provuncia de Logroño.
Llegué
a la Nueva España en el año de Nuestro Señor Jesus Cristo de 1548,
a la edad de 18 años. Con más esperanzas que reales en los
bolsillos y, gracias a la divina providencia llevo aquí 32 años
sirviendo a Dios y a vuestra merced. Pero bien se que mi alma no
tendrá reposo hasta que os cuente lo sucedido.
II.
Ocurriose
una tarde tranquila de otoño. Cuando un servidor preparabase para
tomar la merienda. De repente , la Chacha Tomasa; quien es Mayora de
Servidumbre, llamó la atención a Juana la menor por haber llevado
un gatito a la casa; lo cual molestome de sobremanera, ya que nunca
he permitido animales dentro de ésta vuestra su casa, pues para ello
hay, lugares adecuados. Así pues ordené inmediatamente conocer al
animalillo. Cual no sería mi sorpresa al ver un tierno gatillo de
pelaje brillante; aunque no parecido a aquellos de angora, ni a los
persas tan de moda en la corte del Virrey: Don Martín Enriquez de
Almanza. No; este era de poco pelambre, de patas gruesas, fuertes y
de orejas puntiagudas. Pero lo más notable de su apariencia era su
cola, tan corta como escazos tres dedos, la cual movía
graciosamente.
Conmovido
por el desvalido; ordené que lo llevasen al establo y le acomodaran
un pequeño cajón de madera (que los naturales llaman huacal), para
que viviese bien. Olvidando el asunto, dedicome a los asuntos de mi
venia y vos comprenderéis que no volví a acordarme del miníno. Más
cual sería mi sorpresa, cuando días despues escuché por las
noches, el llanto de un niño de pecho en la azotea. Pregunté a la
servidumbre de quién sería esa criatura que tanto sufría en horas
de santo descanso, y me contestaron que era el gatito, que por las
noches maullaba a la luna escondida, igual que hacían sus
ancestros desde hace mucho tiempo ha. Les ordené que sí el animal
continuaba con su cántico nocturno deberían sacrificarle; ya que a
los vecinos no les gustaría ver interrumpido su merecido sueño por
los ruidos inocentes y al mismo tiempo tenebrosos producidos por
dicho animal.
Al
parecer las criadas cumplieron bien con mis ordenes, porque ya no se
escucharon esos sonidos; que más que maullidos o llantos, parecian
aullidos salidos del más profundo averno maldito. En do las almas
que no alcanzan el perdón de Nuestro Señor, sufren por sus
fechorias y maldades cometidas en vida; los más terribles e
inenarrables castigos que cualquier espíritu de bien no podría
imaginar jamás.
Así;
pareciese que el problema hubiese acabado, y así fue por varios
años, hasta la fecha de Nuestro Señor del 15 de setiembre de 1580,
cuando por espacio de 3 meses y cada quince días; volviose a
escuchar ya no uno, sino dos gatos peleandose por su territorio en
las azoteas de nuestro grandioso Distrito de Colombia.1
Preocupado
por saber si era el miníno de la sirvienta, le pregunté que sabía
al respecto. Me contestó muy afligida de que no tenía idea si era
él, ya que hacía muchos años lo había dejado abandonado en el
llamado Callejón del Sapo, con la esperanza de que no regresara
jamás. Pero que también se murmuraba entre la servidumbre de
diferentes casonas, que era el espíritu del nagual, quien ambula en
las noches por los caminos solitarios protegiendo las almas de los
naturales, contra todo invasor o intruso que maltrate a los indígenas
de Méjico; el cual se encontraba en la ciudad, buscando venganza por
los abusos de los penisulares hacia los humildes.
Inquiriendole
nuevamente por su aflicción, me dijo que se debía al hecho
maldito, que hacia ya un buen tiempo, estaban desapareciendo infantes
de pecho por diversas calles aledañas a la de donde vive vuestro
servidor. Que se atribuian a tal espíritu, y ella, con su primer
bebé de meses apenas, se encontraba muy angustiada con tal
situación.
Pareciese
que no fueran suficiente las calamidades que asolaban la ciudad; como
las grandes inundaciones que padeciamos, o la terrible epidemia que
surgío pocos años ha. Sin embargo, le dije que no se preocupara
porque yo me haría cargo del problema, ya que en parte era
responsable del nacimiento de ese niño.
Esperé
impaciente esa funesta fecha de calendario. Cuando su noche es la más
oscura de todo el mes. Armado con un buen arcabuz, oía pasar el
tiempo del reloj de la chimenea. Los segundos pasaban lentamente, los
minutos parecían no querer morir jamás y las horas duraban una
eternidad.
Casi
al sonar la medianoche me encontraba dormitando, con el arma por
caerse de mi mano. Cuando de repente, oí los lúgubres maullidos que
sonaban cada vez más fuerte dentro de mi propiedad. Al principio
parecían provenir del patio principal; por do esta la fuente. No sin
temor, amartillé el arcabuz y me acerqué lentamente a la puerta.
Sentí un terrible hormigueo por toda la piel de mi cuerpo. Pues
presentía que algo no natural rondaba el ambiente. Al tomar el pomo
de la puerta; sufrí un espantoso sobresalto, pues en ese preciso
momento se escuchó una riña entre gatos, que duró escasos segundos
pero parecierome eternidades. Con el corazón saltandome en el pecho,
abrí resueltamente la puerta y salí con el arma en mano.
Todo
estaba tranquilo. Solo se oyó el correr de unos piecesillos más
ligeros que el viento; alejandose hacia no se que dirección.
Al
acercarme a la fuente; ví un gato grande, pero todo negro. Respiraba
con dificultad y estaba próximo a fallecer, pues tenía las entrañas
de fuera; como si un gran animal le hubiera asestado con una garra
poderosa, un zarpazo en el vientre.
Al
verlo detenidamente noté que su faz era un amasijo de carne y
sangre. Los ojos los tenía botados, no se le veía la nariz y una de
sus orejas le colgaba tan solo sostenida por escaso pelambre.
Sentí
de nuevo ese erizamiento en la piel que aparece cuando los espectros
nocturnos desambulan por el mundo de los vivos, busacndo calmar una
pena que nunca desaparecerá; y sentí tal escalofrío, pues sabía
que esa presencia inhumana aún rondaba mi propiedad.
Aguzando
la vista, creí percibir en la azotea, una sombra que corría
velozmente hacia los cuartos de la servidumbre. Corrí lo más rápido
que me permitía mi avanzada edad, cuando escuche el grito de
histeria de la mucama Juana.
Al
llegar a su habitación. Entre sollozos me dijo que el espectro
enorme de un gato se había robado a su bebé. Desesperado corrí
hacia la azotea. En ese preciso instante se escuchaba otra riña
gatuna. Creo que voz comprenderéis el cansancio y la angustia
sentida por mi en esos momentos. Pero no me importaba, debía
rescatar al niño de "eso", o lo que fuera.
Al
prestar mayor atención a los sonidos, comprendí que no eran dos
gatos peleandose, sino uno solo, porque el otro sonido era en verdad
el de un niño llorando desvalidamente. Con el espanto en mi alma, me
dí cuenta que provenían de un cuartucho de madera, cuyo empleo era
el de bodega para guardar cosas en desuso.
Entré
con el terror recorriendo toda mi espina dorsal, maldiciendome por no
haber subido con alguna lámpara, porque sí la noche era oscura, el
cuartucho parecía ser de negrura absoluta. A tientas me fuí guiando
hacia do debería estar el pequeño. Flotaba en el ambiente un aroma
pestilente como a muerto. Casi llegaba cuando los ví...
III.
...Eran
dos llamas fulgurantes que mirandome fijamente, acercabanse
lentamente hacia do me encontraba. En esos momentos reinaba ya un
aterrador silencio. Al intentar retroceder, tropecé con una viga
suelta y caí estrepitosamente. Al tiempo, esas luces
centelleantes se abalanzaron sobre mi y sentí mil demonios, que como
salidos de lo más profundo del averno me rasguñaban todo el cuerpo.
No creo que esas malditas animas del séptimo infierno, descriptas
por Dante, sufrieran tanto como yo en esos momentos. Veía por todos
lados espectros que me nombraban y gritaban cosas terribles a mi
derredor. Lentamente sentí como mi alma escapaba, y huía, separando
de mi cuerpo.
De
pronto, palpé mi arma a mi derecha. Con dificultad jalé del gatillo
y un ruido atronador sonó por toda la ciudad dormida, insensible a
lo que en esos momentos ocurría.
Lo
último que recuerdo antes de perder el conocimiento; fue el ver
salir un animal de proporciones gigantescas, de poco pelambre, con
orejas puntiagudas; corriendo ágilmente en patas muy gruesas y de
cola no mayor a un palmo, perdiendose entre las sombras de la noche.
IV.
Cuando
me recuperé, me encontraba tendido sobre mi cama; tenía todo el
cuerpo con cortaduras y magulladuras. La mucama Juana y la anciana
Tomasa se encontraban a mi lado. Al preguntarles acerca de lo
sucedido, me aclararon mis nublados recuerdos.
Que
algún animal o quizá aparición maléfica, había estado robando
los niños del barrio; encontrandose éstos al día siguiente de mi
desgracia dentro del cuartucho de madera. Incluso, el bebé de la
mucama Juana, habíase encontrado con el vientre abierto y sus
intestinos semidevorados. Esa noticia fue un golpe terrible para mi…
≈≈≈
Es
por eso que escribo estas lineas. Espero que vos comprenderéis
porque siempre porto arma. Pues a pesar de que ya no se escuchan por
aquí los macabros maullidos. A lo lejos, alla por los cerros que
rodean la ciudad. Do el bosque circunda con su infinito verdor la
región más transparente. Aún se escucha débilmente en las noches
de luna negra; el triste llanto de algún niño perdido…
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