sábado, 14 de julio de 2018

Las Brujas de Escazu

Las brujas son parte esencial de la identidad de Escazú. Son protagonistas en multitud de mitos y leyendas  desde los tiempos coloniales, por lo general como seres siniestros pero en algunas ocasiones también benéficos. Tal cantidad de historias fantásticas es algo que distingue a Escazú y un motivo de orgullo para los habitantes del cantón. Tierra de leyendas

Escazú es famoso por la gran cantidad de leyendas que tienen sus calles, campos y cerros como escenario. Historias de monstruos y espectros que aterrorizaban a aquellos que se aventuraban en sitios prohibidos o deambulaban solos a altas horas de la noche, surgieron en abundancia de la imaginación de las sencillas gentes que allí vivían.

Apariciones como la Carreta sin Bueyes, el Cadejos, el Padre sin Cabeza o La Llorona, eran las murmuraciones de los vecinos del viejo Escazú, entre los que no faltaban quienes decían haberse encontrado (o por lo menos escuchado) a alguno de estos seres sobrenaturaleS Entre las leyendas de Escazú resaltan las protagonizadas por las brujas, mujeres con grandes poderes que usaban a su antojo para ayudar o maldecir a las personas. Eran respetadas y temidas, pues se decía que sus poderes eran obtenidos en pactos con el demonio a cambio de almas. De modo que para bien o para mal las brujas intervenían en la vida de la gente con sus caprichosas acciones.



Escazú era uno de los dominios de la bruja más famosa de Costa Rica, Zárate, de quien se cuenta que residía durante los inviernos en la Piedra Blanca de San Miguel. Se dice también que con ella vivía la Tulevieja, espanto con forma de mujer pero patas y alas de ave, y que por las noches ambas sembraban el terror con sus gritos.

No eran las únicas de las que se tienen noticias: existen leyendas acerca de otras brujas como doña Fustes, que lanzaba maleficios sobre las personas clavando alfileres en sus retratos para matarlas lentamente; o María La Negra, que se transformaba en una gran chancha negra para ir a asustar en el pueblo. 


 Señal de identidad


La riqueza del folclor de Escazú es motivo de orgullo para su gente y las brujas como parte de él se han vuelto una referencia indispensable. Han aparecido como personajes en las mascaradas, en el nombre de negocios o hasta equipos de fútbol. Su importancia es tal que en el escudo del cantón puede verse volando sobre una iglesia la inconfundible silueta de una bruja, y junto al nombre del cantón el lema “Ciudad de las Brujas”.


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