María
Era
de noche, Rubén baja de su auto y se acomoda el saco. Abre la
puerta de su casa, entra. Enciende la luz del comedor, sorprendido
mira todos los muebles desparramados, los dos veladores, los libros
de la biblioteca, el televisor, tirados en el suelo, las cortinas
rotas, los sillas y los sillones dados vuelta. Rubén no entendía
nada, estaba preocupado y comenzó a llamar a los gritos a su esposa,
- ¡María, María, dónde estás, María!
En
toda la casa se cernía un olor nauseabundo, de la nada todo se había
tornado de un aspecto lúgubre. De pronto, las paredes empezaron a
chorrear sangre. Rubén, en su búsqueda pasa por la cocina donde
encuentra a su perro, un caniche blanco, al cual adoraban y que ahora
yacía en el piso acuchillado. En ese momento sintió una pena muy
grande y su preocupación iba en aumento – ¡María, María, dónde
estás, María!
Llega
hasta la escalera que conduce a la habitación del matrimonio,
mientras va subiendo comenzó a sentirse fatigado, las piernas le
pesaban toneladas pero aun así llego a la habitación. Cuando abrió
la puerta una especie de humo negro lo rodeaba todo, hasta que en un
segundo desaparece. Y ahí, es cuando ve a su esposa extendida sobre
la cama, se abalanzó sobre ella - ¿Mi querida María cómo estás?
Ella no respondía, parecía adormecida, no había manera de
despertarla; de repente abre los ojos de forma sobresaltada y saca
de entre las sábanas un cuchillo largo y filoso que todavía
conservaba la sangre ya seca de su mascota.
Los
ojos de María estaban rojos, su cara deformada, su piel verdosa,
enfurecida. Rubén no la podía reconocer - ¡María, María! Gritaba
su esposo. Ella lo empuja afuera de la cama con una fuerza demencial,
cae al piso, ella se le acerca con el cuchillo en alto y le habla en
un idioma desconocido. Rubén estaba aterrado, ella se lanza sobre él
tratando de matarlo con el cuchillo. Comenzaron a forcejear pero la
fuerza física de María en ese momento era superior, siguieron así
hasta llegar al borde de la escalera. Se detienen los dos.
Rubén
mira los ojos rojísimos y enfurecidos de María que lo vuelve a
atacar. Caen rodando por la escalera. Después de estar inconsciente
por un rato, Rubén se reincorpora y ve a su lado a María, con el
cuchillo clavado en su pecho. La miró y observo como su rostro
había vuelto a la normalidad.
Después
de este suceso Rubén decidió ir a vivir lejos de la ciudad. Pasado
tres meses había recordado que su mujer le había hablado de su
participación en una secta satánica pero él no le había dado
importancia, igual ya era tarde.
Al
poco tiempo Rubén, muere en un extraño accidente doméstico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario