INSTRUCCIONES PARA UNA MUERTE CORRECTA
La cuestión no es sólo morir, sino causar sensación. Ser portada
de periódicos y revistas y titular en las noticias. La cuestión
real es la espectacularidad de la maniobra.
Morir así, en el olvido, no es
la finalidad. La muerte debe ser elaborada, como las obras de arte.
He aquí la verdadera cuestión: ser pionero
en
el modo de morir. Marcharse por la puerta grande.
Es de máxima obligatoriedad potenciar la imaginación y deleitar al
público con una muerte tan artística y monstruosa como
sorprendente.
La espectación se ha de mantener incluso en el último momento.
Está terminantemente prohibido celebrar velatorio ni tampoco
funeral, no se permitirán flores para alguien que muere con tanta
necesidad. Es indispensable ahorrar tiempo y dinero.
Por último, conviene un acertado epitafio que rece así: “Lo que
no tuve para afrontar la vida he demostrado tenerlo para afrontar la
muerte”.
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