martes, 3 de abril de 2018

Vampire Destroy


La Noche de Juan
Juan estaba en su ataúd peleando con gusanos de dientes afilados, que desgarraban su carne y su ropa.
Hacia un mes que había sido enterrado, pero de pronto despertó. Golpeaba la tapa de su ataúd con desesperación,  acompañado de gritos de ultratumba. Luchó hasta sacarla, la empujó hacia arriba y la sacó del todo a la vez que la tierra que la cubría salía esparcida, en medio de la espantosa noche.
Caminó por el cementerio hacia la salida, en el siniestro sendero se encontró con un martillo, que seguro era de algún profanador de tumbas. Lo tomó en su mano izquierda y siguió su camino con los gusanos colgando de su cuerpo y su ropa.
Llega a la entrada y se encuentra con el cuidador del cementerio, lo golpea con el martillo descargando toda su furia hasta dejarlo sin vida. Al instante los gusanos engullen a su víctima.
Luego de esto, Juan continúa su nefasto destino, sin largar el martillo, hasta el hospital psiquiátrico donde había sido asesinado. Que está ubicado a diez cuadras del cementerio.
Llega al psiquiátrico, rompe la puerta de entrada a martillazos. Se dirige a la mesa de informes gritando repetidas veces ¿dónde están los directores?
La seguridad y los empleados intentan detenerlo, pero él los golpea a todos de forma demencial; la sangre derramada se adueña del lugar. Los gusanos de dientes afilados que lo acompañaban  se hacen un festín tragando los cuerpos ya sin vida incluyendo a Juan.
Los gusanos crecieron y crecieron, cada vez más, tragando a todos los humanos y animales que vivían en los alrededores.
¡Dichas bestias siguieron avanzando hasta volverse gigantes e imparables, dominando el mundo que se rendía ante su siniestros y afilados dientes!


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