jueves, 1 de enero de 2015

Buitres de Franz Kafka

                                                                    Buitres   
                                    de Franz Kafka



Érase un buitre que me picoteaba los pies. Ya había 

desgarrado los zapatos y las medias y ahora me picoteaba los 

pies. Siempre tiraba un picotazo, volaba en círculos inquietos 

alrededor y luego proseguía la obra.


 Pasó un señor, nos miró un rato y me preguntó por qué 

toleraba yo al buitre.


-Estoy indefenso -le dije- vino y empezó a picotearme, yo lo 

quise espantar y hasta pensé torcerle el pescuezo, pero estos 

animales son muy fuertes y quería saltarme a la cara. Preferí 

sacrificar los pies: ahora están casi hechos pedazos.


-No se deje atormentar -dijo el señor-, un tiro y el buitre se 

acabó.


-¿Le parece? -pregunté- ¿quiere encargarse del asunto?


-Encantado -dijo el señor- ; no tengo más que ir a casa a 

buscar el fusil, ¿Puede usted esperar media hora más?


- No sé -le respondí, y por un instante me quedé rígido de 

dolor; después añadí -: por favor, pruebe de todos modos.


-Bueno- dijo el señor- , voy a apurarme.


El buitre había escuchado tranquilamente nuestro diálogo y 

había dejado errar la mirada entre el señor y yo. Ahora vi que 

había comprendido todo: voló un poco, retrocedió para 

lograr el ímpetu necesario y como un atleta que arroja la 

jabalina encajó el pico en mi boca, profundamente. Al caer 

de espaldas sentí como una liberación; que en mi sangre, que 

colmaba todas las profundidades y que inundaba todas las 

riberas, el buitre irreparablemente se ahogaba.

Atrapado por Mandrágora CLOCK 

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