lunes, 15 de octubre de 2018

Cristian Javier Ambrosio



Y luego vendrán los Otros
A usurpar nuestros espacios.

A trastocar los espejos.

A poblar de susurros malditos

nuestro aire. 

En el ocaso sus sombras 

lamerán nuestros umbrales, 

sigilosos intrusos, 

indeseables visitas. 

Acechan impasibles,

ya odiosamente instalados, 

aguardando el momento 

de posar sus fétidas zarpas de harpía, 

oh, funestas presencias, 

sobre todo cuanto creíamos 

que nos pertenecía. 

Pero es inevitable. 

Están ahí, te han visto nacer, 

se han alimentado de tus fluidos vitales, 

se han arropado con tu sangre y tu carne, 

y tarde o temprano, 

sus ojos vidriosos se posarán, 

avariciosos, 

sobre tus menguados despojos, 

y celebrarán a tu alrededor 

el lúgubre festín de los cuervos, 

y entonarán la canción 

de la Vieja Cosechera. 

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