Extremaunción
De una amarga y eterna noche
eres dueño
Yaciendo inmóvil, a mi lado
quedándote, Atrapado, tal vez, en un oscuro
sueño Con la preciosa necrosis
devorándote.
El delicioso néctar de tus
venas ya no existe,
Y la luna con bajeza
permanece alumbrándote
Volviendo tu sombrío cuerpo
color nixte
En una lúgubre cama, en un
sueño ahogándote.
Con una admirable sonrisa,
deformada quizás,
Te despides de mí y de tu vida
ya deshecha
Porque por culpa de los
gusanos abono serás,
Mientras que la Muerte a mí
también me acecha.
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