A LA HORA MÁS OSCURA DE LA NOCHE
Solo ceniza había entre sus manos. Se le escurría entre estas, invadía el aire a su alrededor, se impregnaba en sus pulmones. Memorias de instantes, las pequeñas cosas, la búsqueda de una felicidad o alguna certeza. Ya nada importaba. Ya no recordaba. Los libros en su biblioteca, el sabor de todos los labios que lo habían besado, las palabras alguna vez escritas. Ya no había memoria. Ni cuerpo, ni pensamiento. Solo ceniza. Y ya no estaba entre sus manos: era sus manos. Todo su ser, ceniza. Y la brisa que soplaba, despedazándolo en una infinidad de partículas de energía consumida.
http://paulomanterola.blogspot.com.ar/ Naturaleza Muerta de Giorgiode Chirico.ILUSTRACION
No hay comentarios:
Publicar un comentario