martes, 27 de mayo de 2014

Carlos Enrique Saldivar





Cierto juramento


     Quédate conmigo —dijo ella.
¿Toda la noche? —preguntó él.

No, toda tu vida.

De acuerdo.

¿Lo prometes?

—Lo juro.



La muchacha amaneció degollada sobre la cama. El hombre lamió la sangre que borbotaba y se sintió reconfortado. Hacía mucho tiempo que no tenía una víctima. El placer de su macabro acto podría durarle semanas. A través de la ventana contempló el alba. La satisfacción lo llenaba de un inusitado vigor. Se preguntó en qué gastaría los setecientos cincuenta soles que, de paso, le había robado a la infortunada. Decidió no perder el tiempo en innecesarias elucubraciones, era hora de marcharse con sigilo del hostal.

Sintió que le tocaban la espalda.

Volteó de súbito y allí estaba la joven ensangrentada de pie; no decía nada, los fantasmas a veces no hablaban. Lo único que hizo la inquietante silueta fue sonreír y abrazar con fuerza al miserable. El sujeto ahogó un chillido, giró la vista hacia el camastro, allí estaba el cuerpo. Miró al frente, ahí se hallaba la chica, o el retazo lúgubre de lo que había sido. En ese momento el asesino se desesperó, se percató de que había hecho un juramento y todo le indicaba que no conseguiría romperlo. No se suicidaría para librarse de la maldición, era demasiado cobarde. Tal vez podría entregarse a la policía. O quizá podría enloquecer.

O a lo mejor nada más una solución era posible, pero sería difícil, muy difícil.

Se bañó, se cambió y se escabulló del edificio. Con el semblante triste se percató de que aquella delgada figura le seguía durante todo el trayecto por la desolada calle. Temblando, sintió como ella le cogía del brazo. Él cerró los ojos un momento, soportando la amargura.

Al abrirlos, no pudo evitar ver aquella tenebrosa mueca de felicidad.




2 comentarios:

  1. Excelente. Siempre quise leer que la víctima mortal de un desalmado (condenado por sus propias palabras o no) tomase su revancha. Gracias. :)

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  2. Uffff Carlos Enrique, duro relato. Muy bien narrado, introduces al lector en un escenario macabro donde el malvado protagonista se convierte en víctima de su maldad... cuidado con los juramentos ;)

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