XI
el cuervo
el cuervo indefinido el cuervo
cuervo
el cuervo que amanece de luto
y se acuesta de duelo o de sandalias
el negrísimo cuervo de garras
como lámparas
el cuervo cuervo indefinible
más vale cuervo incrustado
sobre las retinas hondas
que mil sobrevolando con sus
voces ganchudas
con su viudez de aire y de
escándalo encendido
con su violencia de verdugo
cervical o de pantano
que oprime al ánade de picos
como palas
de palas como picos
grandísimos
de palas palas palas y picos
picos picos
el cuervo es esa incógnita
severa
que gravita como una nube de
amenazas oscuras
en las plegarias que tal vez
broten de mi voz
la nube que crezca al fin y se
doblegue
derivando en una tempestad de
diamantes incoloros
en una tormenta de cuervos
cuervos cuervos
ya sin otro color que el ojo
lleno de plumaje
ya sin otro cielo que el cielo
negro de los cuervos
soy todo alarido de cuervo o
de fatiga
nevermore
las lluvias nevermore
los vientos
soy el cuervo cuervo cuervo
que acalora
desde mis pies la tierra que
extermino
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