martes, 15 de diciembre de 2015

Flavio Crescenci


XI
el cuervo
el cuervo indefinido el cuervo cuervo
el cuervo que amanece de luto y se acuesta de duelo o de sandalias
el negrísimo cuervo de garras como lámparas
el cuervo cuervo indefinible

más vale cuervo incrustado sobre las retinas hondas
que mil sobrevolando con sus voces ganchudas
con su viudez de aire y de escándalo encendido
con su violencia de verdugo cervical o de pantano
que oprime al ánade de picos como palas
de palas como picos grandísimos
de palas palas palas y picos picos picos

el cuervo es esa incógnita severa
que gravita como una nube de amenazas oscuras
en las plegarias que tal vez broten de mi voz
la nube que crezca al fin y se doblegue
derivando en una tempestad de diamantes incoloros
en una tormenta de cuervos cuervos cuervos

ya sin otro color que el ojo lleno de plumaje
ya sin otro cielo que el cielo negro de los cuervos
soy todo alarido de cuervo o de fatiga
nevermore las lluvias nevermore los vientos
 soy el cuervo cuervo cuervo que acalora
 desde mis pies la tierra que extermino





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