El pacto sellado
Hubo una vez que hubo un joven llamado Pastor que vivía a
las afueras del pueblo .Su verdadero nombre era Gastón Feraldis ,el apodo acompañaba a toda la rama masculina de su familia a pesar
de que siempre habían sido pescadores
pero suponen que el primero de la dinastía lo era (o por lo menos es lo que siempre
se comenta),pero luego curiosamente lo cambiaron .
., Huérfano de madre se sentaba a esperar a su padre Zacarías
que regresaba al anochecer, con la lumbre y el alimento listos. Sus pisadas fuertes y su silbido le daba marca a su
presencia, al entrar su figura imponente y ruda se contraponían a la figura de el,
pequeño y enjuto, sin mirar solo emitiendo monosílabos y algún otro improperio
cansado de su suerte, y burlándose con
un latiguillo de “en pocos años serás el hazmerreír de todos, tonto JAJA”,….. El
sentado, en una butaca rota, solo observaba el chisporroteo de las brazas.
-A dormir se ha dicho –dijo Zacarías, mientras una araña
negra y grande corría a seguir el claro de luna que se filtraba entre los
agujeros de las paredes. Un aullido feroz casi endemoniado, se oyó remoto, como una advertencia de la naturaleza
fue la respuesta, que helaba la sangre,
frente al espanto, el silbido del padre que solo retumbaba desde el fervor de
su pipa
-Mañana acabaré con ellos murmuro…mañana-
Afuera lo callado de sombras
mas negras danzan. Al despuntar el día vio que el padre ya no estaba, preparo el
desayuno de leche con los restos de pan aun tibio dejado sobre la mesa .Comenzo
su rutina, noto la ausencia de leña, salio
a buscarla
Pisadas y unas huellas con sangre ,le llamaron la atención ,pero
continuo avanzando tras de si sintió una
presencia que lo intimidaba ,miro pero
solo era el choque de las ramas por la brisa fuerte ,el sol ya daba un golpe
sobre su día interminable ,tras varias horas ,el cansancio comenzo a hacer
estragos en su razón e hizo que tuviera que emprender el regreso ,la luz iba
dando un marco hacia el misterio .Llego a la cabaña , tenía hambre y recordó
que se guardaba maíz y trozos de carne seca para estas ocasiones, , el
cansancio le cayo como una cortina larga y estrecha sobre sus pupilas, saco la
marmita y se hecho al camastro y cerro sus ojos sintió que el peso del mundo lo
derribaba ,un sudor frío le corrió por
el cuerpo ,junto a temblores que se acompañaron
de extrañas imágenes salidas desde la
esencia misma del mal. Un hedor fuerte y pestilente le despertó la asfixia,
nacida del pecho .Una sombra se le atravesó sobre si, trato de levantarse pero
una fuerza nacida vaya a saber de donde .le impedío hacerlo. Ojos enormes aparecían
entremezclados a los suyos de furia, una voz cavernosa le dijo –no lo esperes
TU PADRE nunca volverá, ahora ya no esta en este mundo-
Trato de sacudirse pero un dolor le atravesó la carne hasta
que su grito y se entremezclo con un aullido feroz luego ceso quedando todo a
oscuras y en paz, .como si nada hubiera ocurrido, resonaban esas palabras que
lo conmocionaban y que parecían sobrevolar por el aire ,”no lo esperes el ya no
esta en este mundo ”uniendo la amenaza de su padre a aquellos gritos de combate , las pesadillas
le hicieron tener un atisbo de razón como si realmente despertara de un letargo
en su conciencia.,Si , habia sido capturado por el ,seres del infierno , licántropos ,claro ahora comprendía muchas cosas y recordó
hablar entre dientes a su padre de la desaparición de su madre ,arrastrada hacia el abismo sin que pudiera evitarlo ,le habia quedado esa memoria dominada por el
rencor , entonces levanto su camisa y miro su pecho ,vio esas marcas como si un
pacto se hubiera cerrado ..
La idea salto de su mente” Mi padre había tratado de evitarlo, por mi , pero Don
Zacarías por resentimiento , tal vez por
mostrar su poder ,o porque en el fondo lo quería un poco ,se harto y daría por finiquitada la tradición ,de cada 3 º parte de la generación debían unirse a la jauría .por un mandato arcaico que venia
desde las raíces de su familia .
.Pero en el fondo , sabía, que era en vano, los pactos de
sangre nunca concluyen.
Un alma habita en mí que grita su necesidad atávica de cazador,
su sed insaciable de sangre. Sin, que la
culpa atormente, entonces echarse a correr, hacia lo inevitable “,
GLADYS CEPEDA
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