lunes, 13 de junio de 2016

Lola Cubero


Brujas de Salem

Sin duda alguna, el episodio histórico más famoso relacionado con la brujería es el de las Brujas de Salem; ninguna locura europea de cacería humana pudo compararse con los sucesos acontecidos en este poblado de las colonias americanas en el siglo XVII.
Todo comenzó en el invierno de 1692 en la cocina de la casa parroquial de Salem, Massachusetts. Una esclava antillana de nombre Tituba jugaba con la hija del ministro, Elizabeth Parris, y su prima Abigail, de once y nueve años respectivamente; Tituba les contaba cuentos de misterio, practicaba trucos mágicos y leía el futuro con una clara de huevo en un plato, cosa que para los puritanos de la época constituía sin duda alguna una cosa diabólica.
El reverendo Parris notaba extraños comportamientos en su hija, e hizo tal escándalo que la niña dijo el nombre de Tituba, inmediatamente otras niñas agregaron el de Sarah Good, una mendiga que fumaba en pipa, y Sarah Osborne, una mujer que escandalizaba al pueblo al convivir con un hombre sin estar casados. Estas fueron las primeras tres brujas de Salem.
Tituba confesó ser bruja y dijo que era sólo una de cientos que había en el pueblo. Esto fue suficiente para comenzar con una terrible locura y obsesión de quemar vivas a todas las brujas, y bastaba la más mínima acusación, provocada muchas veces por venganzas y rencillas personales, para que una mujer fuera declarada culpable sin más averiguaciones.
Los que confesaban y pedían perdón se salvaban; pero en siete meses fueron ejecutados 7 hombres y 13 mujeres, declarados culpables en la mayoría de los casos por testimonios de fantasmas y espectros. Cualquiera podía acusar a quien fuera, y la situación se salió de control cuando estas acusaciones llegaron a las altas esferas de la sociedad. Después de dieciocho meses de que se iniciara el sangriento episodio, el gobernador del estado declaró el perdón para todos los sospechosos e incluso se exoneró a los muertos. De cualquier forma, Salem pasó a la historia por sus cacerías de brujas.



Investigacion Lola Cubero

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