lunes, 6 de julio de 2015

Liliana Varela


 El asesino-Cuento
 

Me está persiguiendo, lo presiento. Sé que anda tras de mí y mi bebé.
Nos persigue a ambos; ya lo hizo con mi anterior  bebé y no paró de acosarnos hasta que logró asesinar a mi chiquito….¡OH DIOS,QUE NO SUCEDA DE NUEVO!

Debo ser fuerte, secar las lágrimas y seguir  escapando. A éste lo protegeré más que al anterior, no permitiré que las  malvadas manos del asesino lo toquen. Es mi hijo, es mi sangre, mi carne, es mi  única esperanza de dejar una impronta en este mundo. No, está vez juro que no lo tocará.

Todavía no me vio. –SHHH  pequeño, no llores o  nos descubrirá…

Sé que está escondido, agazapado entre las  sombras; esperando a saltar cual un  felino acecha a su víctima. Pero esta vez no logrará su cometido.

Si pudiera llegar hasta aquel pasillo…pasar  inadvertida ante sus vigilantes que le obedecen fielmente.

Ahora, voy corriendo; mi niño no llora, mejor  aún.

Llegué al pasillo… ¡Gracias, Dios. No me ha  visto su leal sirviente.

Falta muy poco para que pueda llegar a la  libertad y buscar ayuda; esta vez no me atrapará como la anterior. Estoy  decidida a todo, mi hijo crecerá a mi lado y seremos felices.

¡OH NO! Me ha visto. Debo correr con todas mis  fuerzas.

Aguanta pequeño, aguanta por favor.

Mi niño me mira con sus bellos ojitos  bañados en  lágrimas; es tan indefenso, tan bello. Me resulta increíble que alguien quiera  dañarlo.   ¿Qué mal puede hacer esta criatura? ¿Por qué su  vida es una amenaza para alguien? ¿Quién puede ser tan miserable para asesinar  esta maravilla de Dios?.

Sí, hay alguien: Él. Ese maldito asesino que  odia a los bebés –al menos a los míos- esa porquería de

ser que es capaz de destruir  una vida indefensa como ésta, sólo para satisfacer sus propios instintos.

Corro, corro cuanto y como puedo, abrazando  contra mi pecho a este inocente ser. Las fuerzas empiezan a abandonarme pero no  cejaré en mi intento de escapar. Debo buscar ayuda…. Estoy tan cerca; no quiero mirar atrás, sé queme sigue.

¡BASTA! Estoy decidida a luchar; no puedo llegar  con mi bebé a la salida.

Descansa en el suelo pequeño, escondido te dejo.Ahora yo voy a convertirme en cazadora, lo esperaré y lo mataré con mis propias  manos si es necesario.

Vigilo…allí viene, siento su jadeante  respiración…

No me ve y yo salgo de mi escondite. Lo ataco  con furia, con desesperación, con locura. Debo vengar la muerte de mi anterior  pequeño, debo exterminarlo para que no toque a mi niño ni a ninguno más.

Su sangre me salpica la cara y el cuerpo, no me  interesa…Sé que se extingue, lo estoy asesinando; ahora yo soy la asesina.¡¡¡Muere, bastardo. Muere!!!

--¡Saquen a esta mujer de aquí y llévenla a  enfermería de inmediato!

--Doctor, disculpe. Yo estaba en el pasillo pero  no sé cómo pasó sin que la viese.

--Ya he dicho que esta mujer debe estar  confinada a su habitación. Su historial dice que ha quedado traumatizada debido  a un aborto que se realizó. ¡Ah! Levanten los trozos del espejo roto, no sea  cosa que alguien más se lastime.

*De "Cuentos para no dormir" 2009






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