martes, 25 de marzo de 2014

Lola Cubero




                                  "Soy el rastro de tu camino"

Soy una criatura triste y solitaria, sin capacidad de amar, los escasos recuerdos que aún me quedan son como una vieja película, guardada y llena de telarañas. Un silencio poco común encamina mi corazón a tenebrosas praderas de obscuras sendas...

Sórdidas penumbras llenan mi ser, invaden mi alma, mi mente fue corrompida... aquellos demonios ocultos en mi interior salen dispuestos a reclamar venganza, a derramar la sangre de aquellos que truncaron mi camino, llenando mi vida de sombras y encerrandome en las tinieblas del Inframundo...

Tras de mí, los parajes quedan desérticos, sólo voy dejando muerte y desolación, exterminando toda forma de vida, exterminando la Luz... invadiéndolo todo de Obscuridad... El Sol se oculta aterrado ante mi presencia, mientras la la Luna tiembla ante el frío de mi ausencia...

El odio, la venganza, el dolor... son mi alimento...
Debo cumplir mi misión, para lo que fui creada...

No existe la piedad para esta criatura tan perversa, para este ser inmundo, sin sentimientos, en que derivó mi persona.... como tampoco en tiempos muy remotos la hubo para mí....

Una amenaza, un presagio, un destello de maldad, un indicio de fatalidad... No hay pájaros, ni animales, ni tan siquiera insectos... El viento suspira en las ramas desnudas de los árboles muertos, y la hierba gris se curva para susurrar a la Tierra secretos espantosos. Pero ningún otro ruido, ningún otro movimiento rompe la calma terrible de este funesto lugar.

El olor a sangre despierta mis sentidos, un escalofrío recorre mi piel, el frío de mi cuerpo se filtra cada vez que respiro...
Quiero tomar hasta la última gota de tu sangre, es lo que me hace vivir, pero a cambio te daré el elixir de la Vida... Vida y Muerte... para que puedas pasar la eternidad conmigo.
Beberemos juntos ese sagrado líquido para mantenernos vivos...

Una mirada se cruza entre la densa niebla... te observo... tú en cambio no logras verme...
Te siento... tu también me sientes... percibo en tu olor que el miedo es atroz…
Aún no me has visto, sin embargo ya notas mi perturbadora presencia, sabes que voy a por ti...

¿Te doy terror?... ¿Quizás es repulsión lo que sientes?...
Ven... déjame ayudarte, déjame mostrarte lo que es tener que soportar esta maldición... Ven, siente el frío beso de la verdadera Muerte...
Te odio, te detesto, tú también sientes lo mismo... pero sabes que debemos estar juntos...

Caminaremos entre las criaturas del Averno, sólo existirá la noche eterna para nosotros, jamás verás de nuevo la Luz del día... la Luna cambiará de color, tornará en rojo, se cubrirá con nuestra sangre...

No te conozco, tampoco tú conoces mi esencia...

Tan sólo te hago una advertencia, estas entrando en en las tiniéblas del Infierno... El horror se hara real....

La angustia te devora, siento como se aceleran los latidos en tu corazón..... Estas preso de la desesperación... Tratas de huir, pero no puedes escapar de mí... gritando al silencio que engulle tus gritos...
Sólo queda la nada... tu descarnado lamento, tu agonía, nadie lo oye, se queda entre las sombras...
Un gran alivio recorrerá mi espíritu atormentado y... por fin... todo habrá terminado...

Así, como el cielo se nubla, el horizonte de los sueños se llena de Obscuridad, y sobreviene la tormenta... se llena de vacío... y sólo se escucha el rugir embravecido del viento... así se empapa el alma en medio del silencio, y es así como luego vendrá la calma...

Es inevitable...
Yo soy tu destino... y tú... mi recompensa....





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